"Cuando a Sancho Panza se le presenta la oportunidad burlesca de ser gobernador no tiene la menor duda de su idoneidad para el cargo, aunque no sabe leer ni escribir: lo único que necesita es su condición probada de cristiano viejo; incluso el analfabetismo es una garantía añadida de su ortodoxia, http://bit.ly/sanchopanzagobernador

"Cuando a Sancho Panza se le presenta la oportunidad burlesca de ser gobernador no tiene la menor duda de su idoneidad para el cargo, aunque no sabe leer ni escribir: lo único que necesita es su condición probada de cristiano viejo; incluso el analfabetismo es una garantía añadida de su ortodoxia, porque certifica que no ha podido leer libros de herejes.
La mayor parte de los que tenían conocimientos y sabían hacer cosas se marcharon hace tiempo de la política o fueron expulsados de ella. Han quedado y han ascendido los que se han limitado a una obstinada militancia, una ilimitada disposición de obediencia, en el mejor de los casos, y de corrupción en el peor.
En ningún otro campo profesional se puede llegar tan lejos sin ninguna cualificación, conocimiento o habilidad verificable. Se puede dirigir un hospital y hasta ser ministro de sanidad sin tener la menor noción de medicina (...)
Una administración clientelar no sólo fomenta la incompetencia y facilita la corrupción: también desalienta a los empleados más capaces y vuelve habitual el cinismo. Si todo el mundo sabe que el mérito puede ser inútil y la mediocridad recompensada, y que en último extremo todo depende del favor político, los alicientes para mejorar serán siempre inferiores a la tentación de la desgana, cuando no del servilismo."
Antonio Múñoz Molina. "Todo lo que era sólido""

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